En la entrada de hoy, a las puertas de la primavera, hablaremos sobre la flora que abunda en la sierra de Madrid.

En la Sierra de Guadarrama hay una gran diversidad florística gracias a varios factores relacionados con su ubicación, ya que su posición permite la existencia de las características asociadas a la región mediterránea y a la eurosiberiana. Es decir, Guadarrama se ha convertido en un refugio de especies de ambientes fríos que anteriormente tuvieron presencia en los territorios aledaños que hoy han desaparecido.

No solo se trata del clima, sino que debido a la posición en la que se encuentra, en el asilamiento de en la cordillera de la meseta castellana, ha propiciado que existan procesos de endemicidad, por lo que se calcula grosso modo que existen 1.680 tazones de especies y subespecies.

La gran mayoría de dichos taxones corresponden a angiospermas dicotiledóneas (más del 75%), aproximadamente más de la mitad de la flora está constituida por herbáceas perennes, en torno al 30% por herbáceas anuales, y alrededor del 15% de árboles y arbustos y un 4% de especies relacionadas con el medio acuático.

Es la flora del Parque Nacional la que contiene, en su gran mayoría, los taxones más representativos de la flora y vegetación de alta y media montaña mediterránea. También hay un componente significativo de flora finícola, como la pilobium adelfilla o epilobio (angustifolium), cardo panical (ryngium bourgatii), uva de zorra (Paris quadrifolia) o el arándano silvestre (Vaccinium myrtillus).

Los elementos endémicos que abundan en el parque son el cambroño (Adenocarpus hispanicus), campanitas azules (Campanula herminii) o la linaria nívea.

Hay una serie de especies protegidas como varios abedules (Betula pendula, Betula pubescens subsp. celtiberica) o acebo (Ilex aquifolium) o el trébol de agua (Menyanthes trifoliata).

Esperamos que os haya servido este artículo, especialmente a los amantes de las flores y de la flora en general, os gustado, no dudéis en ver nuestro blog y consejos.